Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Una casa entre medianeras. Algo habitual en la trama urbana de la ciudad, a veces resueltas en lotes de ajustado frente y el desafío de lograr un funcionamiento adecuado de la vivienda y, componente clave, disponiendo de buena luminosidad y aireación.
Por eso resulta atractiva esta propuesta de César Béjar Studio, que ha intercalado una casa rosa, minimalista, entre dos edificios en Culiacán, México , trayendo luz a través de atrios y vacíos.
La casa está cubierta de un tono rojo rosado, lo que le da una apariencia diferente a la de sus vecinos, blancos y de madera. “Queriendo ser el hogar más sencillo del barrio, su arquitectura minimalista y el luminoso enlucido rompen la plasticidad mediante el contraste de color, forma y textura”, afirmó el arquitecto.
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La casa de 330 m2 se encuentra en una parcela larga y estrecha, amurallada en sus lados más largos. Su fachada comprende una puerta y un portón, que se abre a un patio, y un volumen elevado en forma de cubo. Esa parte superior incluye una única abertura, que deja ver una puerta de cristal que se abre a un pequeño balcón y a otro más grande a la sombra del voladizo.
Luz y color
Debido a las limitaciones del sitio, la casa presenta patios y vacíos que permiten la entrada de luz en sus espacios. Dos dobles alturas se entrelazan y conectan toda la casa. “Al mirar hacia arriba, la mirada se pierde y la casa se prolonga, la sensación de estrechez se amortigua y se encuentra esta cualidad espacial”.
En la planta baja, la sala de estar y el comedor de doble altura se encuentran entre el patio y un jardín de macetas, mientras que la cocina da a ese jardín y a un patio trasero. El rosa también cubre sus paredes, reflejándose en los interiores blancos.
Una ventana en la parte superior de otro atrio está teñida de amarillo, bañando los espacios en un tono que contrasta con el rosa.
Un nivel más arriba, un dormitorio en suite se encuentra en cada extremo de la casa, mientras que una sala de estar, tipo plataforma, da a los dos vacíos. Otro dormitorio y baño ocupan el piso superior, con acceso al balcón cerrado y un estudio se abre a una terraza en la parte trasera.